Grecia continúa asolada por el fuego que azota el país desde el domingo. Los bomberos griegos trabajan a contrarreloj para frenar la
ola de incendios declarados en el este de la península que provocaron
79 víctimas mortales y cerca de 200 heridos, algunos de ellos en condiciones de extrema gravedad. Las autoridades locales temen que el balance aumente en las próximas horas.
Sin embargo, por ahora sigue sin conocerse con exactitud el número de personas desaparecidas, pues se han recibido decenas de llamadas de familiares y amigos que buscan a sus allegados.
El alcalde de la ciudad portuaria de Rafina, situada a unos 30 kilómetros de Atenas, Evánguelos Burnús, calculó hoy, en declaraciones a la cadena de televisión privada Skai, que el número de víctimas podría alcanzar o incluso superar el centenar, recoge Efe.
Las imágenes registradas desde los helicópteros muestran un escenario apocalíptico. Miles de personas huyeron con lo puesto para escapar del fuego pero otras muchas quedaron atrapadas en sus casas o en el interior de sus vehículos. Los bomberos encontraron los cuerpos carbonizados de 26 personas abrazadas entre sí en Mati, a unos 30 metros de la costa. "Intentaron hallar una vía de escape pero lamentablemente estas personas y sus hijos no lograron hacerlo a tiempo. Viendo que se acercaba el final, se abrazaron", contó Nikos Economopoulos, jefe de la Cruz Roja en Grecia. Los bomberos aseguran que la espesa vegetación de esta zona está dificultando las labores de extinción y de rescate.
En esta pequeña localidad costera a unos 40 kilómetros de Atenas se encuentra el mayor número de víctimas de este incendio, según confirmó el portavoz del Gobierno griego, Dimitris Tzanakopoulos. La ciudad cuenta con apenas 200 residentes pero durante el verano se transforma en una popular zona turística visitada por griegos y turistas del resto de Europa. "He visto cadáveres, coches carbonizados... me siento afortunada de estar viva", dijo una mujer superviviente del incendio a la televisión griega Skai. "Mati ya no existe", lamentó el alcalde de Rafina, Evangélos Burnus, que aseguró que miles de edificios quedaron consumidos por las llamas y no descartó que las víctimas mortales puedan superar el centenar. Un temor que tampoco esconden los bomberos griegos empeñados en los trabajos para sofocar los incendios. "Tememos hallar más víctimas", indicó un responsable de los bomberos a la agencia AFP.
Miles de personas que se encontraban en la zona cuando se registró el incendio escaparon hacia la costa. Algunas de ellas consiguieron poner su vida a salvo subiéndose a botes y lanzándose al mar.
"Hemos escapado gracias al mar porque las llamas llegaban hasta el agua. El fuego nos quemaba la espalda y nos hemos tiramos al agua", declaró a medios griegos Kostas Laganos, un vecino de Mati. Otras, en cambio, murieron ahogadas mientras intentaban huir de las llamas y de la espesa nube de polvo y cenizas que cubrió la ciudad. Hay decenas de desaparecidos. La guardia costera griega logró rescatar con vida a alrededor de 700 personas de las playas cercanas al puerto de Rafina. Algunos ciudadanos pusieron a disposición sus barcas y otras pequeñas embarcaciones que se unieron a las nueve patrullas costeras, dos navíos militares y los helicópteros del ejército para colaborar en las operaciones de evacuación.
"Quiero creer que pese a las adversas condiciones meteorológicas haremos todo lo humanamente posible para controlar el fuego. Aún así me preocupa que algunos incendios apareciesen a la vez en el este y oeste de Ática. Nada quedará sin respuesta", aseguró el primer ministro griego,
Alexis Tsipras, que regresó urgentemente al país de su visita oficial a Bosnia ante la gravedad de la situación. Las autoridades griegas
no descartan que los incendios puedan haber sido provocados dado que los distintos fuegos se registraron contemporáneamente en distintos lugares distantes entre sí. Medios locales especulan que detrás de los fuegos podrían encontrarse intereses relacionados con la especulación urbanística.
Un primer incendio se registró en un bosque cerca de Kinetta, a unos 50 kilómetros al oeste de Atenas, mientras que un segundo tuvo lugar en Penteli, al norte de la capital. El fuego rodea la capital pero se extiende por otras zonas de la región de Ática. La mayoría de las víctimas fueron halladas en el área comprendida entre el puerto de Rafina, a unos 30 kilómetros de Atenas y donde se ubica Mati, epicentro de la tragedia, y Nea Makri, situada a una decena de kilómetros más al norte. En las últimas 24 horas se han registrado 47 fuegos, según fuentes del Gobierno heleno, recogidas por medios griegos.
El país vive
una intensa ola de calor con temperaturas que en los últimos días superaron los 40ºC a la que se unen fuertes ráfagas de viento de cerca de 60 kilómetros hora que están dificultando los trabajos de extinción. Si bien es cierto que
Grecia está habituada a los fuegos en época estival, no se recuerda un fuego tan devastador desde el verano de 2007, cuando varios incendios arrasaron el Peloponeso y la isla de Evia cobrándose la vida de más de 70 personas. Una cifra hasta ahora récord que está condenada a ser superada.
Las autoridades griegas declararon el estado de emergencia y pidieron ayuda a la
Unión Europea (UE). El presidente de la Comisión Europea,
Jean-Claude Juncker, expresó su conmoción por la tragedia y anunció que la Comisión "no ahorrará esfuerzos para ayudar a Grecia y al pueblo griego". En la misma línea se expresó el presidente de la Eurocámara,
Antonio Tajani, que aseguró que el mecanismo de protección civil de la UE ya estaba activado para ofrecer asistencia a Atenas.
El país heleno recibió
muestras de solidaridad de prácticamente todos los socios de la UE.
España anunció que enviaría dos aviones anfibios tipo Canadair con capacidad para 5.500 litros para ayudar en el control y extinción del fuego. Chipre envió más de 60 bomberos y
Portugal otros 50.
Turquía también ofreció su apoyo a Atenas a pesar de que ambos países mantienen una tensa relación. "La UE se solidariza con el pueblo griego en estos momentos difíciles", dijo el comisario de Ayuda Humanitaria y Gestión de Crisis, Christos Stylianides, que se trasladó a Atenas para reunirse con las autoridades griegas de protección civil y coordinar la ayuda de los socios europeos.
Fuente:
http://www.elmundo.es/internacional/2018/07/24/5b575ff5ca474175618b4602.html
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